A esta
etapa de la historia de México y de América Latina que comprende de los finales
del siglo XVIII y principios del XIX se le conoce también como la de las
revoluciones democráticas. Estas independencias más que de corte anticolonial
fueron políticos, ya que pretendían romper con el sistema político mundial.
Específicamente para el caso de América, la revolución consistió en quien debía
gobernar. Los enfrentamientos se daban entre la clase alta, los españoles
radicados en América y con privilegios contra los españoles nacidos aquí que no
contaban con las mismas oportunidades. Esta situación fue aprovechada para
encausar las demandas de las otras clases sociales o castas. Cabe mencionar que
algunos criollos apoyaban los intereses del antiguo régimen.
Entre
las casusas que se demandaban era la igualdad por encima de la justicia. Se
dice que el discurso versaba sobre la igualdad de la Nueva España con el Reino
de España. Los peninsulares y americanos que participaron en la guerra de
independencia posterior a 1808, fueron formados en instituciones reformadas de
la monarquía española, estaban inspirados en las ideas de ilustración,
soberanía popular y gobierno representativo.
Por su
parte las clases bajas o rurales también tenían sus intereses, pero no se
interesaban en las cuestiones políticas.
Finalmente
se puede hacer mención que la sociedad novohispana era un mosaico de diversos
de grupos sociales y de intereses subordinados a la corona española, los cual
permitió que se gestara la guerra de independencia.
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